Qué injusta es la vida...
con los amores cercados.
Los nombres más resistidos.
Cuánto tiempo debe ser esperado.
Palabras que aún esperan libertades.
Qué profundas pueden ser las heridas.
Qué hubiese hecho el destino conmigo?
Qué injusto fue ponerte..
de esta forma a mi lado.
Algún día llegara el día.
Y sabremos entonces,
recién entonces... cuánto nos hemos amado.
martes, 26 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
Otra de mis noches
Las cámaras se apagaron y la esquina de Santiago volvió a la oscuridad.
La escena salió bien y los técnicos comenzaron a recoger los equipos.
Esa noche Chile le ganaba a Brasil por la copa América y el centro se encontraba casi desierto.
Volví a casa en el metro. Buscando en las caras, eso que venía buscando hacia tiempo.
Como siempre sin encontrarla. Apoyé la cabeza en la almohada y puse Sabina en mis oídos.
Fue una noche más. Bajando el telón sin aplausos. Llevando mis historias a través del abismo. Con los recuerdos mordiendo mi mente y el tabaco barato en mis bolsillos.
La escena salió bien y los técnicos comenzaron a recoger los equipos.
Esa noche Chile le ganaba a Brasil por la copa América y el centro se encontraba casi desierto.
Volví a casa en el metro. Buscando en las caras, eso que venía buscando hacia tiempo.
Como siempre sin encontrarla. Apoyé la cabeza en la almohada y puse Sabina en mis oídos.
Fue una noche más. Bajando el telón sin aplausos. Llevando mis historias a través del abismo. Con los recuerdos mordiendo mi mente y el tabaco barato en mis bolsillos.
Locos I
Como en todos los pueblos del mundo. Un loco anda suelto.
El Torino, le decían a un personaje de Villa Mercedes San Luis. Resulta raro el sobrenombre, ya que es una marca de autos muy famosa de la década del sesenta.
Lógicamente, respondía a las características de un conductor que manejaba por medio de las calles céntricas, apoyando una mano en el volante y su brazo izquierdo en la ventanilla, de un auto Torino imaginario.
La gente del pueblo lo conocía bien y hasta respetaba su andar.
Aunque ésto demore un poco el tránsito.
Saludaba a todo el mundo y respetaba los semáforos.
Lo simpático se terminó un día, que frente a la terminal, conducía un colectivo de larga distancia. Al parecer calculó mal el ángulo de giro. Después de varios minutos de maniobras, cuando ya había logrado al parecer meter la trompa al puente, un viajante oriundo de Buenos Aires, lo embistió matando la magia.
El Torino, le decían a un personaje de Villa Mercedes San Luis. Resulta raro el sobrenombre, ya que es una marca de autos muy famosa de la década del sesenta.
Lógicamente, respondía a las características de un conductor que manejaba por medio de las calles céntricas, apoyando una mano en el volante y su brazo izquierdo en la ventanilla, de un auto Torino imaginario.
La gente del pueblo lo conocía bien y hasta respetaba su andar.
Aunque ésto demore un poco el tránsito.
Saludaba a todo el mundo y respetaba los semáforos.
Lo simpático se terminó un día, que frente a la terminal, conducía un colectivo de larga distancia. Al parecer calculó mal el ángulo de giro. Después de varios minutos de maniobras, cuando ya había logrado al parecer meter la trompa al puente, un viajante oriundo de Buenos Aires, lo embistió matando la magia.
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