De niño tenía un sueño, que se repetía constantemente.
En él, yo era un alfil, en medio de un gran tablero de ajedrez. Sólo un alfil, la puta madre!!!
Hace años que no lo sueño. Hace años que voy para adelante. No me gustan las diagonales. Por más lejos que lleguen.
martes, 23 de agosto de 2011
Lluvia
Un té en hebras.
Dos vueltas de reloj de arena.
Una vez más, frente a frente.
El pasado y el presente... nunca el futuro. Así ha de ser, por el bien de todos.
Solo me faltó dejar salir de su prisión, a las palabras. Aquellas que están privadas dentro de mi boca.
Aquellas que algún día salieron y luego, las tuve que tragar.
Decía Federico, que uno se traicionaba a sí mismo al no ser feliz.
Digo yo, que la felicidad la encuentro a cada momento. Y la pierdo al terminar cada cigarrillo.
Cómo extraño a mis amigos. A los buenos y los no tanto.
El té se enfrió sobre la mesa. Es hora de salir a fumar. No importa que llueva.
Dos vueltas de reloj de arena.
Una vez más, frente a frente.
El pasado y el presente... nunca el futuro. Así ha de ser, por el bien de todos.
Solo me faltó dejar salir de su prisión, a las palabras. Aquellas que están privadas dentro de mi boca.
Aquellas que algún día salieron y luego, las tuve que tragar.
Decía Federico, que uno se traicionaba a sí mismo al no ser feliz.
Digo yo, que la felicidad la encuentro a cada momento. Y la pierdo al terminar cada cigarrillo.
Cómo extraño a mis amigos. A los buenos y los no tanto.
El té se enfrió sobre la mesa. Es hora de salir a fumar. No importa que llueva.
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