viernes, 13 de agosto de 2010

Volver a verte

Pasaron siete años hasta que la volví a ver.
Llevaba el pelo mas largo  y la mirada más triste.
Tenía en sus manos, las marcas inobjetables del paso del tiempo.
-Que necesita? Preguntó, detrás de la tranquera cercana a su casa.
No me había reconocido.
Yo pesaba unos cuantos kilos más y mi vestimenta era muy distinta a la de aquellos años.
-Soy tu hijo. Dije con voz aún mas ronca.
El abrazo llegó poco después y duró más de lo imaginado.
Ya sentados en su mesa, hablamos de la vida entre mate y mate.
Es curioso hablar con tu madre y sentirte un extraño. Tal vez sea eso para ella.
Aunque un día de enero, se que llora en silencio.

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