jueves, 29 de julio de 2010

Sueños II

Maldito sueño que la duerme, cuando más despierta la quiero. Maldito sueño que me aleja de sus labios y del roce de sus senos, con la sed de las yemas de mis dedos.

Maldito el tiempo que no quiere atravesar las retinas y escapar hasta esa noche sin luz.

Ojala queden hojas en blanco, dispuestas a ser penetradas, a mancharse impunes, ante unos ojos bien abiertos.

La tarde empieza y ella duerme. Yo, desde aquí le aguardo. Buscando en lo pasado una gota de consuelo.

No tardes bonita mía. No quiero ser tu recuerdo.

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